Brasil es una tierra que ha enviado a muchos misioneros por todo el mundo, señal de la receptividad al anuncio del Evangelio y del deseo de transmitirlo.
Es en este contexto es que realizamos nuestro servicio de salir del territorio parroquial para difundir y fortalecer el impulso misionero en los laicos, en las estructuras eclesiales, en las comunidades parroquiales y en los diferentes contextos de la sociedad. Lo hacemos junto con muchos laicos que se involucran personalmente en esta acción.
Misión de los jóvenes
Es un evento anual donde muchos jóvenes, van a otras partes del país, donde los sacerdotes tienen que dirigir por sí solos parroquias tan grandes en las diócesis.
Durante esta actividad, al servicio de las parroquias más pobres de la diócesis, se visitan a las familias y se lleva el anuncio del Evangelio casa por casa. Es una experiencia que siempre involucra a muchos jóvenes que, al proclamar su fe, la fortalecen y desarrollan importantes caminos de crecimiento espiritual.
Adriano es uno de los 80 jóvenes que participó en una de las misiones:
“Fuimos a Piraporinha, en el estado de São Paulo, en un barrio llamado Guarapiranga. En esta misión de evangelización, tuvimos la oportunidad de vivir tres días llenos de alegría y de compartir. Nos anunciamos con la alegría que nos caracteriza a los jóvenes y fuimos acogidos en los hogares y en el corazón de la gente. Además de las visitas a las familias, un momento significativo fue el “espectáculo misionero”, que tuvo lugar en la plaza central del barrio: recibimos a la gente con música y testimonios, pudiendo así transmitir nuestro entusiasmo por evangelizar. La misión es siempre un gran regalo y nos ayuda a crecer en nuestra humanidad”.
Semana de la animación misionera y comunitaria
Como misioneros somos acogidos varios días en las parroquias interesadas en nuestro servicio, ofreciendo encuentros de formación y espiritualidad misionera. Implicamos a los laicos de la parroquia que nos acoge, animando las celebraciones, visitando a las familias, testimoniando la alegría de llevar la luz de Dios al mundo. Raffaella, una misionera, dice:
“Vivimos este servicio en equipo, también con la presencia de jóvenes y parejas de laicos. La colaboración del párroco y del consejo pastoral nos ayuda a ofrecer un servicio adaptado a la realidad a la que acudimos. Siempre me sorprende la acogida de la gente sencilla: son los que más participan y comparten para apoyar la misión ad gentes”.
“Su presencia nos ha unido más, hemos visitado a muchas familias con ustedes y ahora nos conocemos mejor y podemos ayudarnos mutuamente. Gracias por tu testimonio misionero: das toda tu vida, no podemos ir a África o a Asia físicamente, pero vamos gracias a ti y contigo”. María Aparecida, (Santa Bárbara)
Misión diocesana
Colaboramos constantemente con el Centro Misionero Diocesano de nuestra diócesis, intentamos trabajar juntos organizando una misión anual, en la que participan laicos. Cada año se elige una zona especialmente necesitada de ayuda eclesiástica.
“Cada vez nos sorprende la generosidad y la pasión por querer transmitir el anuncio del Evangelio”, dice Patrizia Atzeni, misionera en San Pablo desde 2016. “Ni siquiera las distancias asustan a la gente. Cuando fuimos a Araçuaí, en la frontera entre los estados de Minas Gerais y Bahiaci, los 108 evangelizadores tardaron 22 horas en llegar en autobús. Estos cristianos activos no temen la fatiga ni el peligro”
Delante de tantas actividades misioneras realizadas en tierras brasileñas, nos hace claro cada vez más el lindo texto del obispo Helder Cámara: Misión es partir, en la cual compartimos con ustedes a seguir a través del video. La canción fue realizada por Adelmo dos Reis, exmisionero de la comunidad.
