Todo tiene su origen en la sede de los misioneros javerianos en Cagliari en la década de 1970: un grupo de jóvenes, guiados por el padre Luigi Prandin y Maria Luigia Corona, vivieron una experiencia de comunidad, amistad, espiritualidad misionera, eligiendo vivir la Palabra diariamente. En varios de ellos madura gradualmente la conciencia de una llamada a consagrarse a Dios, dando vida a una nueva realidad misionera en la Iglesia.
Bajo el nuevo código de derecho canónico, el 25 de marzo Mons. Corrà erige la Comunidad como Asociación pública de fieles de derecho diocesano. En diciembre de 1985 la Comunidad cruzó las fronteras europeas para llegar a América Latina, en Belo Horizonte (Brasil) y en Lima (Perú).
La Comunidad da vida a organizaciones sin fines de lucro activas en la cooperación internacional y en proyectos de desarrollo. En Italia nace la ONG Comunidad Misionera de Villaregia para el Desarrollo (Comivis por sus siglas en italiano), que colabora con otras asociaciones en proyectos para la población local de los países donde la Comunidad está presente.
En 2009 se parte hacia Mozambique, asumiendo una vasta misión en las afueras de Maputo, la capital.
En 2012 el Pontificio Consejo para los Laicos, después de una profunda investigación, decretó la destitución del P. Luigi Prandin y Maria Luigia Corona, fundadores de la Comunidad, del cargo de presidentes y su renuncia como miembros de la Comunidad. Al mismo tiempo, el Dicasterio nombra como comisario pontificio a P. Amedeo Cencini, quien conducirá la Comunidad hasta 2015.
El Consejo Pontificio para los Laicos acompaña con gran preocupación esta fase de la vida comunitaria, confirmando plenamente la validez de nuestro carisma y animando a los miembros a continuar con dedicación su acción misionera y evangelizadora.
En julio de 2015, se convoca la Asamblea General que elige como presidente al P. Amedeo Porcu y a los miembros del consejo de presidencia.
Una nueva comunidad inicia su camino en Vedrana de Budrio, a pocos kilómetros de Boloña. El arzobispo de Boloña Matteo Zuppi quiso llamar a la Comunidad en la diócesis para un servicio de acogida a los inmigrantes y de animación misionera y caritativa, especialmente dirigido a los jóvenes.
A mediados de noviembre los misioneros P. Emanuele Ciccia, Teresa Zullo, Elisabetta Fabbri y Maria del Carmen Pagan llegan a Etiopía para dar vida a una nueva misión. En 2020, P. Jean Serge Dietlin se les une. La comunidad fue invitada a asumir el servicio por parte del P. Angelo Antolini, prefecto apostólico de Robe. La Comunidad está llamada a dar testimonio del Evangelio y asumir obras de promoción social y desarrollo en la región de Etiopía.
Inundaciones en Belo Horizonte antes, la emergencia pandémica del Covid-19 luego, llevan a la Comunidad a movilizarse en todos los lugares en los que opera en el mundo para dar respuesta a las necesidades de los afectados.
Del 29 de junio al 18 de julio es convocada la asamblea general para elegir la nueva presidencia y definir el documento programático para los próximos años.
Briseida Cotto Ayala es elegida presidenta. El vicepresidente es el P. Giorgio Parenzan, los consejeros son Ángel Gabriel Cortés Colón, P. Antonio Serrau y Antonietta Tufano.
