Los 9 misioneros que llegaron tuvieron un primer tiempo de conocer la realidad local. El primer año fue marcado porque vivieron, “en carne propia”, la experiencia del Huracán George. Sin embargo, esa experiencia les permitió conocer y vivir el sentido de solidaridad del pueblo puertorriqueño.
Las relaciones y los contactos comenzaron a crecer. Iniciamos los fines de semana de evangelización por medio de los retiros Emaús, Jeshua. Llegan participantes de toda la isla. Iniciamos el contacto con otras parroquias de la Diócesis de Arecibo e iniciamos actividades de animación misionera en las demás Diócesis de Puerto Rico.
Se establece contacto con la vecina República Dominicana, donde se envían algunos contenedores de ayuda a San Juan de la Maguana, donde trabaja un sacerdote amigo.
Se inicia la planificación del Centro Misionero en un terreno adyacente a la iglesia parroquial. El terreno fue una donación de unos feligreses. Un equipo de ingenieros amigos colaboró en su realización.
Se organizaron muchas iniciativas de recaudación de fondos para cubrir los costos de construcción, a los que también se unieron algunas fundaciones locales, estadounidenses y italianas.
Comienza el envío de contenedores de ayuda humanitaria a la misión de Lima para apoyar sus proyectos de desarrollo.
Durante las obras de construcción muchos voluntarios ofrecieron su ayuda de diferentes maneras; desde la colocación de los accesorios hasta la realización de las instalaciones eléctricas, etc. Algunos voluntarios llegan desde Italia para colocar las losetas de todo el Centro. La construcción se completó gracias a la ayuda y el apoyo de muchísimas personas. De esta manera el Centro Misionero se convierte en el hogar de los misioneros y las misioneras, y a su vez, en la sede de todas las actividades comunitarias.
Los amplios espacios de la nueva construcción ofrecen salones de reuniones y habitaciones para pernoctar. Se comienzan a utilizar para toda la actividad comunitaria con sus diversas actividades de evangelización y misionera. Además, es un espacio ofrecido a otras organizaciones para que puedan ser utilizados para su actividades.
Inicio de operaciones de la organización ofreciendo servicios de consejería y orientación legal a la comunidad.
Se iniciaron las misiones en Haití y la República Dominicana en apoyo de algunos proyectos que las Siervos de María trabajan en esos países y en apoyo de la parroquia de San Juan de la Maguana.
El proyecto pretende ofrecer una formación cualificada para desarrollar el espíritu empresarial y solidario. Ofrece talleres de capacitación empresarial para emprendedores/as proveyendo todas las herramientas necesarias para iniciar, madurar y desarrollar una empresa.
El huracán María, el 18 de septiembre de 2017, puso de rodillas a la economía de Puerto Rico y causó daños masivos a miles de familias. Organizamos colectas de solidaridad y misiones de ayuda para llegar a los más afectados. Nuestra Centro se convirtió en un lugar de acogida para los que perdieron el hogar.
Continuamos con nuestro acompañamiento misionero en la Diócesis de San Juan de la Maguana. Participan familiares de misioneros y algunos miembros asociados.
El terremoto golpea el sur de la isla entre diciembre de 2019 y enero de 2020 con numerosos temblores. La comunidad y Casa sin Fronteras ofrece ayuda a los afectados.