La parroquia “Emanuel” de Robe se fundó hace unos 20 años todavía bajo el vicariato de Meki. Desde 2012, cuando se erigió la prefectura de Robe, la Iglesia ha sido designada como Catedral.
La comunidad católica de Robe está formada por unos 150 fieles, la mayoría procedentes de la Iglesia Ortodoxa. Hay un servicio litúrgico cada domingo, al que asisten unas 80 personas, y dos durante la semana. Un pequeño grupo de familias se reúne en la iglesia todas las mañanas, a las 7, para rezar dirigidas por ellos mismos.
La celebración dominical está animada por un buen grupo de jóvenes que se reúnen tres veces por semana para preparar la liturgia y para los momentos de formación espiritual.
“El mayor desafío -dice el prefecto apostólico P. Angelo- es hacer crecer y alimentar en nuestros fieles el amor a la Palabra de Dios y el amor a los más pobres, encarnando el Evangelio en la vida cotidiana”.
En un contexto cristiano fuertemente influenciado por la Iglesia Ortodoxa, no es fácil adherirse a Jesús haciendo que su amor encarnado resalte entre la solemnidad del culto religioso.
Como misioneros, entendemos que el gran reto es suscitar en el corazón de los fieles el deseo de la misión, el deseo de anunciar el amor de Dios a todos y de vivirlo concretamente en el servicio a los más pobres y en las relaciones con las personas, independientemente de su afiliación religiosa.
Además de la parroquia de Robe, se nos ha confiado la parroquia de Goba, una localidad situada a unos 10 km.
Aquí la comunidad católica cuenta con un centenar de personas y está apoyada pastoralmente por la alegre presencia de las Hermanas Misioneras de la Caridad de la Madre Teresa.
Dos escuelas pertenecen a ambas parroquias. En Goba hay una escuela con cerca de 90 niños, y en Robe hay una escuela para niños infantil y elemental con un total de unos 600 alumnos.
La actividad de las escuelas representa también un estímulo y una posibilidad real de extender nuestra labor misionera más allá de los muros de la parroquia, anunciando los valores del Reino de Dios y otras oportunidades de satisfacer las numerosas necesidades de las familias pobres que viven a nuestro alrededor.
