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Costa de Marfil

Parroquía

Nuestra misión está situada en Yopougon, que con más de un millón de habitantes es el municipio más poblado del distrito de Abiyán, capital económica de Costa de Marfil. 

Aquí se estableció la parroquia de San Lorenzo en 1991, que ha sido confiada a nuestra comunidad desde sus inicios.  Inicialmente abarcaba una zona densamente poblada, formada por el pueblo de Kouté y numerosos barrios obreros y nuevos asentamientos urbanos en constante expansión. En los primeros años, había más de 200.000 habitantes. 

Los misioneros trabajaron con paciencia y tenacidad para formar a los laicos y a los líderes de las Comunidades Eclesiales de Base (CEBs) para sentar las bases de nuevas parroquias con extensiones territoriales reducidas. Esto facilita la participación en la vida de la iglesia con una dimensión más familiar. Después de 30 años, ya han surgido cuatro nuevas parroquias, encomendadas al clero local, y nuestra misión cuenta ahora con una población de 50.000 habitantes. 

A pesar de este “hermanamiento”, más de 5.000 personas asisten a misa cada domingo y más de 1.200 jóvenes y adultos se inscriben en cursos de catequesis cada año para recibir los sacramentos del bautismo, la comunión y la confirmación.  

Celebraciones – Las celebraciones dominicales son siempre muy concurridas. La gran iglesia parroquial, con sus 2.000 asientos, a menudo no es suficiente para acoger a todos los fieles, que también llenan los grandes pórticos laterales. En las grandes fiestas, miles de personas se congregan en el césped frente a la iglesia, donde se instalan carpas para poder seguir las celebraciones desde fuera. 

Esta iglesia es también un signo de fraternidad, construida gracias a las ofrendas que, durante muchos años, cada domingo, la gente depositó con gran generosidad y sacrificio, y con la ayuda de muchas personas de Italia que quisieron contribuir a este proyecto en beneficio de toda la población. 

Una iglesia joven – Los primeros intentos de evangelización en Costa de Marfil se remontan a 1637 por parte de los Padres Capuchinos, pero la misión fracasó por las difíciles condiciones de salubridad y abastecimiento. Los dominicos lo intentaron 50 años después y los padres espiritanos más tarde, con los mismos resultados. No fue hasta 1895 y la llegada de seis padres de la Sociedad de Misiones Africanas (SMA) que se vieron los primeros frutos de la misión. Se formaron los primeros catequistas y poco a poco nacieron las primeras vocaciones al sacerdocio. La evangelización se extendió a diferentes zonas del país y el anuncio del Evangelio fue bien recibido por la población local. En 1934 se ordenó el primer sacerdote autóctono. 

La Iglesia de Costa de Marfil es, pues, una Iglesia joven, y nuestra misión tiene también esta característica y una gran vitalidad. Existe una fuerte implicación de los laicos en diversos ministerios y hay muchos grupos y movimientos que, con su particular espiritualidad, contribuyen a la formación cristiana de las personas y al dinamismo de la evangelización.

Iglesia familia, Iglesia misionera – En un país que en el pasado reciente ha experimentado tensiones entre diferentes grupos étnicos, el rostro de una “iglesia familia”, una comunidad de hermanos y hermanas que caminan en unidad es una importante contribución a la construcción de una sociedad civil más cohesionada y reconciliada. La experiencia de la fe une y valora diferentes lenguajes y tradiciones, valores y peculiaridades que contribuyen a la armonía de la comunidad eclesial. 

La experiencia de comunión entre los fieles alimenta el impulso misionero hacia los que aún no conocen a Cristo y se expresa en las misiones evangelizadoras realizadas en las zonas más pobres y periféricas por misioneros y laicos. 

Uno de los misioneros cuenta: 

“A menudo, los domingos, alguien trae a la celebración a un vecino, a un colega, a un amigo, a un pariente, no para proponerle una religión, una doctrina, una filosofía, sino para hacerle conocer a una persona viva, a ese Jesús que él mismo ha experimentado muchas veces como una presencia amiga, que protege, que es fiel, que da un nuevo sentido a la vida. El anuncio del Evangelio avanza a través de estos proclamadores humildes y alegres que no tienen ideas o conceptos que explicar, sino una experiencia que compartir. Luego están los que han experimentado un amor desinteresado y atento por parte de sus vecinos cristianos durante un período difícil o mientras atravesaban una gran prueba, y esa mano tendida y ese amor recibido en nombre de un Dios-Amor ha suscitado profundas preguntas, deseo de conocer, ha hecho vislumbrar una luz”. 

Contactos

YOPOUGON – Costa de Marfil
23 B.P. 380 ABIDJAN 23 – COTE D’IVOIRE
email: info.yo@villaregia.org
teléfono: 00225/2723451736
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