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La misión en Maputo | voluntarios internacionales

En 2009, los primeros misioneros llegaron a Maputo, capital de Mozambique, para establecer la segunda misión africana de la Comunidad de Villaregia. La misión está situada en las afueras de la ciudad, a unos 20 km del centro
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A nuestra llegada, el arzobispo Francisco Chimoio nos confió el cuidado pastoral de la parroquia de la Santísima Trinidad, que surgió de la vecina parroquia de San Francisco de Asís. En la vasta zona que se nos ha asignado, hay 9 capillas, llamadas comunidades, conectadas por caminos de tierra o arena.

El territorio de la parroquia en su conjunto tiene unos 120.000 habitantes, de los cuales unos 8.000 asisten a la misa o a la celebración dominical de la Palabra. De hecho, se trata de una zona de reciente evangelización, donde el catolicismo está aún en pañales. El resto de la población es protestante o practica la religión tradicional.

El Centro Misionero

Nuestra casa es un punto de referencia natural para la gente de la parroquia, pero no sólo. Todos llaman al centro “La Casa de la Misión”, con afecto y gratitud por la presencia de nuestra Comunidad. En nuestra casa realizamos actividades de formación humana, cristiana y misionera dirigidas a todas las categorías de personas. En particular, seguimos el camino y la formación de los GimVi (Grupos de Compromiso Misionero de Villaregia) y organizamos fines de semana de evangelización para los jóvenes. Estamos abiertos a acoger a grupos parroquiales o pertenecientes a asociaciones y movimientos que deseen vivir una o varias jornadas de convivencia y espiritualidad.

Los voluntarios pueden colaborar en las siguientes actividades:

  • Visitas a las familias
  • Conocimiento de las estructuras y actividades de promoción humana de la Comunidad y de otras asociaciones o casas religiosas de la zona
  • Conocimiento de la cultura mozambiqueña (encuentros y visitas guiadas en la ciudad y sus alrededores).
  • Durante la semana, ofrecemos a los voluntarios la experiencia de vivir con la gente de la misión y en la vida pastoral, organizando su participación en las pequeñas comunidades.
  • Los misioneros que participan en las distintas actividades acompañan a los voluntarios para introducirlos en la vida del pueblo. Durante las misas dominicales, los voluntarios estarán en contacto con la expresión local de la liturgia, que se manifiesta a través del canto, la danza, la alegría de la fraternidad y el compartir. Las misas duran 2 o 3 horas.
  • En la medida de lo posible, los voluntarios podrán participar en diversas actividades misioneras (misiones en nuestra parroquia y en la diócesis, o ayuda en la Casa de la Misericordia con jóvenes ex presidiarios).

Experiencia de vida comunitaria y de oración

La vida comunitaria y misionera se expresa en la sencillez de nuestras jornadas en las que tratamos de entregarnos a Dios y a los hermanos. Nuestra comunidad tiene un rostro internacional, debido a la presencia de misioneros italianos, peruanos, brasileños y mozambiqueños; estaremos encantados de ofrecer a nuestros huéspedes esta enriquecedora experiencia de unidad en la diversidad de culturas y tradiciones.

No faltarán los momentos de convivencia y de trabajo en común que alimenten el espíritu de familia. También nos alegraremos de vivir junto a los voluntarios los momentos de celebración que nos unen diariamente en la oración por el mundo y de dar a Dios lo que es de Dios: un gran agradecimiento, obrigado, gracias y kanimambo por todo lo que está realizando en nuestro medio y con este pueblo que queremos amar juntos.