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Hacia la Familia Eclesial de Vida Consagrada

Una única misión, diversas vocaciones: comienza un nuevo capítulo de nuestra historia, siempre al servicio de Dios y de los hermanos.

El 8 de diciembre de 2024, el Dicasterio para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica estableció el cambio de la Comunidad Misionera de Villaregia de “Asociación pública internacional de fieles” a “Asociación pública de fieles en itinerancia, con miras a convertirse en una Familia eclesial de vida consagrada de derecho diocesano”.

Además, el Dicasterio aprobó, a título experimental durante 3 años, el nuevo texto de las Constituciones, elaborado a través de un proceso que involucró a los miembros de la Comunidad y aprobado en la Asamblea General de julio de 2024. Esto permite a la Comunidad experimentar desde ahora la estructuración y fisionomía de la Familia Eclesial.

En su nueva configuración, la Comunidad se compone de tres ramas distintas, unidas por la misma misión:

  • Rama de los misioneros, formada por consagrados célibes, clérigos o laicos.
  • Rama de las misioneras, constituida por consagradas solteras.
  • Rama de los esposos misioneros, compuesta por parejas casadas y viudos.

Dentro de la rama de los Misioneros y de la rama de las Misioneras, el llamado se puede concretar de diversas maneras:

  • Misioneros y misioneras de vida común, que viven en comunidad y se dedican a tiempo completo a la misión ad gentes, llevando el Evangelio a todo el mundo.
  • Misioneros y misioneras en el mundo, que viven su consagración en su contexto social, trabajando y operando en la sociedad como signos de comunión y misión.
  • Entre los miembros de vida común, están los misioneros y las misioneras de la misericordia, que se dedican a la evangelización de los más pobres. Viven junto a ellos con un estilo de vida simple.
  • Otros eligen una vida de oración más intensa como misioneros y misioneras de vida contemplativa. Ofrecen un servicio de intercesión universal y dan testimonio de la primacía del Señor a través de la oración.
  • Los esposos misioneros dan su testimonio a partir de la experiencia del amor conyugal y familiar, encarnando la misión en el cotidiano de la vida familiar y social.

Junto a los miembros, están los Asociados: participan en el carisma y la misión de la Comunidad, enriqueciéndola con sus dones y compromiso. Encuentran en la Comunidad un espacio para el crecimiento personal y espiritual.

Miembros y Asociados forman la Familia Misionera de Villaregia, expresando la riqueza de un único carisma a través de la diversidad de estados de vida y vocaciones. Una comunidad unida en el amor de Dios y en la misión de llevar esperanza y fraternidad a cada rincón de la tierra.

Finalmente, debiendo renovarse los cargos de gobierno conforme al nuevo texto de las Constituciones, el Dicasterio, previa consulta con los miembros, procedió a las siguientes nominaciones:

  • Presidente: Briseida Cotto Ayala
  • Vicepresidente: P. Antonio Serrau

Responsables generales de los Ramas:

  • Rama de los Misioneros: P. Giorgio Parenzan
  • Rama de las Misioneras: Antonietta Tufano
  • Rama de los Esposos Misioneros: Angel Gabriel Cortes Colón y Yolanda Aurora Abreu

Consejeros generales:

  • Rama de los Misioneros: P. Siro Opportuni, P. Valerio D’Eliseo y P. Federico Santin
  • Rama de las Misioneras: Margherita Coralli, Giuseppina Maria Sanna y Marcia Isabel Medeiros Lopes.
  • Rama de los Esposos Misioneros: Leonardo Zocchi y Silvia Zocchi Tamberi; Ana Paula Silveira Magalhães Mansueto y Esenclever Mansueto; Giuseppe Arcangeli y Alessandra Favaron.

El camino que se abre es un desafío y una gracia: prepararnos para ser una Familia eclesial de vida consagrada significa profundizar el sentido de nuestra vocación, seguir trabajando por el bien de la Iglesia universal y vivir la misión con radicalidad y alegría.

Con gratitud y esperanza, nos encomendamos a la guía de la Iglesia y a la fuerza del Espíritu para continuar siendo un signo de comunión y misión para el mundo.

Expresamos nuestra gratitud a Dios por el camino recorrido; al Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida, y al Dicasterio para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica por el acompañamiento durante estos años de discernimiento; a la doctora Teresa Rodríguez, Asistente pontificio, por el valioso servicio prestado.

Agradecemos a todos los amigos y miembros asociados por el apoyo, la oración y el cariño con los que han acompañado este recorrido, y encomendamos nuestro camino a la Virgen María.

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