Cuarto elemento de la oración: La humildad

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A continuación del otro elemento sobre la alegría espiritual, hemos hablado de como la oración tiene que ser de confianza y de cómo la no exigencia nos lleva al elemento que hoy queremos meditar juntos: la humildad.

La humildad me hace capaz de tener confianza y la confianza me hace humilde:

MI ORACIÓN TIENE QUE SER HUMILDE Y YO PUEDO EXPERIMENTO TRES COSAS:

1) La humildad me hace entender que yo dependo de Él.

2) Que mi vida está en sus manos

3) Sin Él no puedo hacer nada

1) Ser humilde en mi relación con Dios me hace entender que el Señor me escucha y hace según su voluntad lo que yo le pido.

Este amor de Dios me hace sentir mi ser creatura amada que necesita de todo por parte del Señor. Solo él sabe lo que es bueno para mí, lo que para mí ha pensado desde siempre.

La humildad de ser creatura me hace vivir un encuentro de confianza entre Él y yo.

2) En todo esto mi vida está en sus manos.

Lo que el Señor me pide es algo que yo descubro poco a poco a lo largo de mi vida y no hay manos más seguras que las suyas a lo cual yo pueda entregarme. No hay manos seguras más que la suyas en cualquier situación yo me encuentre (Situaciones difíciles sobre todo)

3) Si Él no puedo hacer nada.

Sin el Señor ninguna cosa puedo hacer, ninguna cosa. Es él que me da fuerzas, que da sentido a toda mi vida, a toda mi existencia.

Yo ni puedo alcanzar con mis capacidades ninguna cosa, yo estoy atrás de Él, atrás de mi Señor que me sostiene, que me lleva, que me hace experimentar su presencia.

Entonces vivir la humildad me hace experimentar este encuentro con Dios: de mi ser creatura con su omnipotencia, con su ser Padre para mí.